dimarts, 28 de febrer del 2012

Repóker

Puede parecer que esta publicación tenga como punto central el juego de azar del póker, que yo no consideraría deporte como tal; como tampoco acabo de ver que el ajedrez sea considerado deporte. Pero en realidad trata de mi opinión sobre el diferente criterio arbitral.

Cuentan las leyendas que hubo una vez en que un pequeño genio de Rosario consiguió acumular cinco tarjetas amarillas, lo que en vez de traducirse en el cumplimiento de un deseo como sería esperable, en el mundo del fútbol significa descansar una jornada. Las mismas leyendas también cuentan que en el mismo día, un temible monstruo luso consiguió la misma cantidad de tarjetas...

Y es que me parece increíble que en esta nuestra "mejor liga del mundo", presuntamente, se castigue por igual actos totalmente involuntarios, como son algunas manos; recordemos que no todas las manos son voluntarias ni todas las manos deberían resultar en amarilla. Pues eso, se castiga por igual actos involuntarios y actos que rozan la violencia gratuita.

Por una parte quiero creer que los árbitros son humanos, y que cuando se equivocan no es su intención favorecer a ninguno de los dos equipos en el campo, ni ningún otro equipo de la liga, aunque no se encuentre en el campo. También quiero creer que no hay conspiraciones arbitrales. Por otra parte creo que el árbitro no debería ejercer de nivelador; es decir, si un equipo merece diez amarillas y una roja en la primera parte, pues se pita esto, y si el otro equipo, según el baremo del árbitro, no las merecen, pues no se pitan. Porque también me indigna que un árbitro tenga dos baremos en el mismo partido, uno para cada equipo.

En Europa, en general los árbitros pitan lo que tengan que pitar, sea en el momento que sea, y si se comete una entrada de roja en el primer minuto, pues se pita, y se expulsa al jugador que haya cometido la falta, porque si no, el listón para sacar tarjetas queda demasiado alto, y el partido puede tornarse una carnicería. No sería de recibo que, como leí en un sitio, que un jugador le dé un puñetazo al primer minuto a un jugador y no se le expulse por "ser la primera".

También me indigna mucho las tarjetas "por quejarse". Un cosa es que un grupo de jugadores del mismo equipo acorralen al árbitro, intentando influenciar su decisión, cosa que es reprobable y sí que debería cortarse o minimizarse mediante alguna tarjeta amarilla, y lo otro es que un jugador manifieste su contrariedad por alguna decisión del árbitro, normalmente por aplicar un baremo distinto para cada equipo o incluso para cada jugador.

En definitiva, los arbitrajes de la "mejor liga del mundo", presuntamente, apestan por el incomprensible diferente criterio arbitral. Y eso resta credibilidad al lema "mejor liga del mundo". Pero como yo no soy nadie, nadie me hará caso, pero yo ya lo he dicho.

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