A la atención de los Reyes Mougos

Estimado señor José Mário dos Santos Mourinho Félix,

Ante todo quisiera aclararle que lo de estimado es un puro formalismo para dirigirme a usted, y lo de señor demasiadas veces ha quedado en entredicho; espero que, almenos su nombre sea correcto.

Dicho lo primero, sin más preámbulos, quisiera dirigirme a usted para felicitarle por haber conseguido ganar la Liga. Sí, sí, ha leído bien, he dicho "la" Liga, porque no ha sido una liga cualquiera. Y parafraseándole "¿Por qué" no ha sido una liga cualquiera?

Bien, me alegra que me haga esta pregunta.

Puede que haya conseguido engañar a los aficionados a los que usted reconoce como verdaderos madridistas, incluso aficionados de otros equipos se habrán pasado a su lado, pero un sector de aficionados no ha sido abducido por usted y ve claramente los tejemanejes y triquiñuelas varias a las que ha recurrido.

No voy a recopilarlas todas porque hay sitios que se han dedicado a contabilizarlo y anotarlo, sin embargo hay algunas que superan el límite de lo éticamente permitido.

Sin ir más lejos usted y sus jugadores han llegado a hacer uso de la violencia, y no contentos con ello lo han hecho de manera alevosa y desde la retaguardia.

Usted ha llegado a esperar al árbitro en el párking o ha sacado un lista con errores arbitrales.

Y todo con la aquiescencia de la prensa más rastrera y castiza, y unos organismos de justicia deportiva totalmente parciales y rancios.

Acciones defensivas al límite del reglamento, y más allá de él, penas máximas pitadas ante la menor duda, incluso sin serlo, y un gran elenco de defensas-portero que sonrojarían al mismísimo Adán (que por cierto, se llama Antonio).

Pero usted no se ha cortado un pelo a la hora de echar mierda a sus rivales, aunque no tuviera prueba alguna. Sus altavoces se encargaban de repetirlo indefinidamente hasta que el mensaje calaba en las mentes más débiles.

Felicidades, ha ganado, pero siento decirlo una cosa. Su sola presencia intoxica el mundo del deporte, y se extiende como un cáncer. Así que mi más profundo deseo es que lo abandone.

Firmado,

Un aficionado al buen fútbol, y el buen deporte en general.